Consejos de seguridad para corredores humanos, de Marissa Lingen – Especial ultracortos XVII

Marissa K. Lingen es una escritora estadounidense que, a lo largo de estos últimos veinte años, ha publicado más de un centenar de relatos de ciencia ficción y fantasía en diversas antologías y en las principales revistas y publicaciones del género (F&SF, Analog, Uncanny, Apex, Tor.com…).

Consejos de seguridad para corredores humanos (Running Safety Tips for Humans) se publicó por primera vez en 2017 en la revista científica Nature, en la que Marissa es una firma habitual, dado que en ella han aparecido alrededor de una docena de sus cuentos. Se trata de un divertido ultracorto de ciencia ficción al que le bastan unas mil palabras para contarnos mucho más de lo que en un principio podría parecer. Espero que os guste.

Y, por supuesto, muchísimas gracias a Marissa por permitirme amablemente que su cuento se convierta en la entrega XVII de este especial flash-fiction. Thanks a million, Marissa!

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Consejos de seguridad para corredores humanos

Sed prudentes

Marissa Lingen

En los meses posteriores al Advenimiento Vitclemp, muchos humanos vieron cómo la agitación social trastocaba sus hábitos deportivos. Ahora que ya nos hemos adaptado al Glorioso Protectorado Vitclemp, los humanos están empezando a retomar sus antiguas costumbres. A continuación se ofrecen algunos consejos para que los corredores humanos puedan reanudar sus entrenamientos habituales con total seguridad.

1. No permitáis que vuestro sudor entre en contacto con el aire. Naturalmente que casi todos los vitclemps son capaces de distinguir entre los humanos y el resto de mamíferos, estos últimos presas legítimas todos ellos conforme a los acuerdos del tratado. Ahora bien, ¡sed sensatos! ¡No los tentéis con vuestras secreciones con aroma a mamífero! Si bien es cierto que hasta el Advenimiento era sobre todo conocida como empresa del sector del calzado, Kratos ya llevaba bastante tiempo fabricando ropa, y sus prendas con sistema de evacuación del sudor os ayudarán a disfrutar de una carrera segura.

Aseguraos de que la prenda que elijáis para la cabeza cubra convenientemente nariz y frente. Los corredores ocasionales con frecuencia descuidan esta pringosa zona con forma de T donde se acumula la transpiración de los mamíferos.

2. No corráis cerca de masas de agua. Aunque por supuesto que la inmensa mayoría de nuestros protectores vitclemps saben diferenciar a los humanos de otros animales que sí son presas legítimas, son los vitclemps más jóvenes quienes más dificultades tienen a la hora de controlar sus impulsos naturales, y huelga decir que estos pasan la mayor parte del tiempo sumergidos en los humedales tan abundantes en este planeta —inmejorablemente diseñado con vistas a su comodidad, como demuestra este hecho—. Si sobresaltamos a un adolescente vitclemp despertándolo de sopetón, sus instintos aflorarán antes que su adiestramiento. No corráis riesgos y manteneos lejos de cualquier masa de agua, y aquí se incluyen lagos, estanques, arroyos, ríos, marismas, océanos y cenagales.

3. Corred como es debido. Sin arrastrar los pies y tratando de evitar que el impacto recaiga sobre los talones. De lo contrario os podéis destrozar los pies, y hoy en día no hay tantos podólogos como antes. Si fuese esta una extremidad que vitclemps y humanos tuviésemos en común, la cosa sería distinta. Si queréis manteneros en forma, protegeos los pies.

4. Informad de vuestra ruta con antelación. Si se la comunicáis tanto al jefe del cuartel local del Protectorado como a algún amigo o familiar, habrá más posibilidades de que alguien se percate de vuestra desaparición antes de que algún pobre vitclemp confundido tenga tiempo de engulliros por completo. E, incluso si sois engullidos, esta medida de precaución permitirá que el Protectorado y vuestros seres queridos tengan la oportunidad de localizar vuestras pertenencias inorgánicas, algo que a muchos humanos les proporciona cierto consuelo ante una pérdida tal. Si conserváis el reloj de vuestra hermana o los restos de la botella para el agua de vuestro mejor amigo de la universidad, no os olvidaréis ni de ellos ni de vuestra propia necesidad de no correr riesgos y mantener una relación cordial con vuestro cuartel local del Protectorado.

5. Llevad spray de pimienta. La pimienta es un condimento humano asqueroso. Si un vitclemp comete un lamentable error de identificación de especie, bastará con que os rociéis con spray de pimienta. Apuntad a la cabeza y al torso; es probable que las extremidades que ya hayan sido engullidas tengáis que darlas por perdidas, y las prótesis disponibles para piernas son mucho mejores que… ¡las de cabeza! 😆

Puesto que los pimenteros ya no se cultivan tanto como antes del Protectorado, a lo mejor vuestro ridículo presupuesto humano no alcance para comprar aerosol de pimienta. En ese caso, planteaos la posibilidad de preparar uno casero a partir de una solución de la mal llamada pimienta de Jamaica, agua y vinagre de umeboshi. Aunque esta combinación de sabores no es ni de lejos tan repugnante como el de la propia pimienta, su gusto acre puede sorprender a un vitclemp hasta el punto de hacerle desengullir a un humano, al menos en parte, y reconsiderar a qué especie pertenece.

No hay casos documentados que demuestren su eficacia, pero por intentarlo no parece que se vaya a perder nada.

6. Manteneos cerca de los lugares poblados. Aunque pueda resultar contraintuitivo que a más vitclemps menos riesgo para un corredor humano, un humano involucrado en un desacuerdo con un vitclemp sobre su consideración como presa legítima puede pedir a otros vitclemps que interpelen o reprendan a su pobre congénere temporalmente aturullado —o incluso que intervengan—, al poder ellos alcanzar franjas del espectro emocional y auditivo inaccesibles para la voz humana. Una ruta que rodee los barracones y el cuartel del Protectorado perfectamente podría ser la elección más segura.

Si esta opción no estuviese disponible, la presencia de otros humanos al menos permitirá que estos presencien los hechos e informen a parientes y grupos afines del fallecimiento de su semejante, que se recojan las posesiones inorgánicas, etcétera, como ya se ha comentado antes. Las áreas con abundante población vitclemp son las más seguras, ocupando la segunda posición las pobladas por humanos.

Bajo ninguna circunstancia deberían los humanos adentrarse en bosques, prados u otros pasajes naturales durante sus carreras. Esos hábitats están llenos de especies catalogadas como presas legítimas y sería de lo más irresponsable correr por ellos induciendo así a confusión a los vitclemps. Los humanos que deseen disfrutar de la belleza natural de nuestro planeta compartido deberían apuntarse a las excursiones que se realizan en todoterrenos cerrados.

7. Utilizad prendas reflectantes. Muy pocas especies consideradas presas legítimas lucen manchas reflectantes, y entre ellas no se incluye ninguna terrestre, aunque los científicos están ahora mismo estudiando la evolución del pelaje del Alces alces (el alce euroasiático) desde el Advenimiento.

8. Respetad las normas de preferencia en las carreteras. Todos los humanos saben que los vitclemps tienen preferencia en las carreteras, aunque muchos desconocen que los vehículos mecánicos autónomos, los VMA, también la tienen. Arrojarse a la cuneta es una solución aceptable si se debe dejar libre la carretera para quienes tienen preferencia de paso, aunque, insistimos, se debe estudiar la ruta con antelación para asegurarse de que no vaya a haber zanjas anegadas. Este protocolo debería resultar familiar a los humanos, dado que, con anterioridad al Advenimiento, los automóviles tenían preferencia en las carreteras respecto de los peatones y vehículos de tracción humana.

Los humanos pueden mantener sus hábitos deportivos y seguir disfrutando con ellos en estos gloriosos días de nuestro excelso Protectorado. Aplicando el sentido común y mostrando empatía con nuestros amigos vitclemps, podréis continuar corriendo felices, contentos… y seguros.

Copyright © 2017 Marissa Lingen

De la ilustración, Copyleft Pedro Belushi

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7 respuestas a Consejos de seguridad para corredores humanos, de Marissa Lingen – Especial ultracortos XVII

  1. Javier Nostromo dijo:

    Original relato. Muchas gracias, Marcheto. Saludos

    • marcheto dijo:

      Es una de las ventajas de los relatos ultrabreves: permiten hacer cosas originales, que se salen un poco de la norma y que con una extensión mayor es más difícil que queden redondas.

  2. Lothrandir dijo:

    La idea me parece original, impactante, y el desarrollo magistral. Me ha gustado mucho y trataré de seguir sus instrucciones. ¿Para cuándo unos consejos de seguridad frente a otros protectorados?

  3. Anónimo dijo:

    Mmm, ¿De que me suenan esos consejos de no ir provocando y despertando los instintos depredadores …? Si finalmente sois víctimas es por vuestra culpa !
    Genial relato 😉

    • marcheto dijo:

      A mí también se me pasó por la cabeza una interpretación en esa línea, pero luego leí una entrevista con la autora y no parece que fuese eso lo que tenía principalmente en mente cuando lo escribió.
      En cualquier caso, me alegro de que te haya gustado. 😀

  4. Pingback: Newropía – ConsuLeo

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