Eric James Stone es un autor estadounidense que compagina la escritura con su trabajo como informático. A lo largo de los quince años que lleva escribiendo de manera regular, ha publicado una novela y más de cincuenta relatos en diversas antologías y revistas del género. Algunos de sus cuentos han sido asimismo reunidos en la que por ahora es su única colección, Rejiggering the Thingamajig and Other Stories. Aunque posiblemente su relato más popular sea That Leviathan, Whom Thou Hast Made, ganador del premio Nebula y nominado al Hugo en 2011, el que vais a poder leer a continuación es un ultracorto, subgénero del que es asiduo cultivador.
Cuento motivacional (Motivational Story) se publicó en 2014 en la revista online Daily Science Fiction. Se trata de un texto de difícil clasificación y, aunque si bien es cierto que siendo estrictos no podría considerarse ni ciencia ficción ni fantasía, difícilmente se puede encuadrar dentro de la «literatura realista», de ahí que crea que encaja perfectamente en este blog y en este especial, porque con sus alrededor de 700 palabras sí que cumple de sobra la condición de la extensión. En cualquier caso, me parece que lo mejor es no adelantar nada más, salvo que espero que os guste y cumpla su misión. 😉
Por último me gustaría agradecer a Eric su amabilidad por permitirme tener aquí su cuento. Pero en esta ocasión lo voy a hacer en español, porque al ser su padre argentino él creció hablando tanto español como inglés. Muchísimas gracias, Eric, por compartir tu relato con los lectores de Cuentos para Algernon.
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Cuento motivacional
Eric James Stone
Empiezas a leer un relato y te das cuenta de que está en segunda persona y en presente, como en una de esas historias de Elige tu propia aventura. Pero este no es el caso. De hecho, este cuento está escrito en formato epistolar: es un mensaje de mí para ti. He elegido este método de comunicarme contigo porque es discreto y siempre puedes hacer oídos sordos aduciendo que no es más que un relato.
¿Que quién soy? Bien, soy un escritor, eso es obvio. Pero la pregunta más importante es: ¿quién eres tú? Y la respuesta es: tú eres el protagonista de la obra en la que ahora mismo estoy trabajando, una novela sobre… Bueno, no quiero destripártela.
Por ahora te está resultando difícil suspender tu incredulidad. Piensas que es totalmente inverosímil que estés viviendo en una novela en proceso de escritura. Quieres que te lo demuestre. Me parece razonable: yo pensaría eso mismo si estuviese en tu lugar.
Si realmente yo fuese tu autor, entonces conocería tu pasado. Conocería cosas sobre ti que nunca has contado a nadie. Y podría escribir una de esas cosas en el siguiente párrafo, dirigiéndome expresamente a ti por tu nombre, y entonces estarías seguro de que soy tu autor.
Sin embargo, no lo voy a hacer por dos motivos. El primero: tú no eres la única persona que está leyendo este cuento, y sería bastante embarazoso para ti en tu mundo que los demás que leyesen esto descubrieran determinados aspectos de tu vida. Y lo que es todavía más importante: la certeza de ser el protagonista de la novela que alguien está escribiendo sin duda cambiaría tu proceder. Por ejemplo, sabrías que no podías morir (al menos no hasta que el devenir de tu vida hubiese alcanzado un cierto clímax dramático), y no deseo que hagas gala de un comportamiento injustificadamente peligroso que te conduciría a situaciones de las que sería yo quien tuviese que sacarte con mi pluma.
Entonces ¿por qué mandarte este mensaje?
Bueno, resulta que no eres exactamente el personaje que esperaba que fueses cuando empecé a escribirte.
No me malinterpretes: eres una buena persona con muchas cualidades admirables. También tienes defectos que te humanizan, lo que está bien. No te estoy criticando como persona. Te estoy criticando como protagonista de mi novela. Y tienes que reconocer que la historia de tu vida hasta el momento tampoco es que huela a superventas en potencia.
Bien, tal vez pienses que no está bien que te critique como personaje por no vivir una vida que dé para un superventas. «Ese es un problema de la trama —podrías decir—. Si mi vida no es digna de una novela es porque tú no le has dado a mi vida una trama digna de una novela».
Tienes razón. Confieso que no soy de los que planifican. Soy más bien uno de esos escritores que van descubriendo todo sobre la marcha, así que no sé con exactitud hacia dónde se encamina esta obra, y es muy probable que termine descartando los dos primeros capítulos, que he escrito fundamentalmente para familiarizarme contigo como personaje.
Ahora que ya sé qué clase de persona eres, me he topado con un problema. En un futuro muy cercano te enfrentarás a una decisión en la que una de las opciones te sacaría tanto de tu terreno conocido que parece poco realista que pudieses optar por ese camino. Pero esa es la opción que tienes que elegir para llegar a embarcarte en la aventura de tu vida (o a lo mejor en varias aventuras, si mi agente consigue llegar a un acuerdo con la editorial para una serie de varios libros).
Por eso estás leyendo esto: para que pueda incluir una línea sobre cómo habías leído hacía poco un cuento brillante (vale, aquí estoy cargando un poco las tintas) que te hizo plantearte cómo a veces es necesario decantarnos por opciones que nos saquen de nuestro elemento. Es tu motivación para hacer algo que de otra manera podría no encajar del todo en el personaje.
Ahora que has leído esto, confío en que tomes la decisión de elegir tu propia aventura.
Gracias y ¡buena suerte!
(La vas a necesitar.)
Copyright © 2014 Eric James Stone
De la ilustración, Copyleft Pedro Belushi
Gracias por compartir!
Cuando llegue el momento, os mantendré informados….
Eso espero. 😉
Me encanta la premisa. Muchas gracias a E. J. Stone y a ti, Marcheto. Saludos
De lo más original, sí. Me alegro de que te haya gustado.
Mil gracias por este pequeño gran relato.
Me alegro de que te haya gustado (y espero que además te haya dejado de lo más motivado). 😉