Me gustaría comenzar este repaso a mis mejores lecturas del ultimo trimestre felicitando a Kazuo Ishiguro, el flamante y en mi opinión justo ganador del último premio Nobel, y autor del que probablemente ha sido mi libro favorito de estos últimos tres meses:
. Nocturnes / Nocturnos, de Kazuo Ishiguro (Faber & Faber / Anagrama): Me trae sin cuidado si Ishiguro considera que lo que escribe es fantasía, ciencia ficción o simplemente literatura, tal vez porque lo llevo leyendo y disfrutando desde mucho antes de que su obra invitara a plantearse cuestiones de este cariz. Nocturnes es su primera colección de cuentos y recoge cinco maravillosos relatos que giran en torno a la música y a un puñado de músicos, y que en este caso no admiten discusión alguna sobre los géneros a los que no pertenecen: ni son fantasía ni ciencia ficción. Un libro estupendo, que seguro que gustará a todos los que como yo disfruten de la obra de Ishiguro sin importarles el género en el que se encuadre.
. First-Person Singularities: Stories, de Robert Silverberg (Three Rooms Press): Este volumen reúne la ficción breve de Silverberg escrita en primera persona. A pesar de este nexo de unión, no se trata de una antología temática, por lo que, aunque la mayoría de los cuentos son de ciencia ficción, la variedad es muy grande: entre los narradores nos encontramos a un delfín, a un ordenador, a un par de viajeros en el tiempo, a un alienígena, a un titán de la mitología griega o al mismísimo Henry James. Es cierto que no es una selección de «lo mejor de», de ahí que no todos los relatos sean redondos, pero también es cierto que Silverberg es uno de los grandes del género, por lo que el nivel medio es alto y el volumen, que incluye piezas bastante conocidas y premiadas junto con otras muchos menos populares, es una lectura muy recomendable tanto para los conocedores de la obra de este autor como para aquellos que quieran empezar a descubrirla.
. El cielo de Lima, de Juan Gómez Bárcena (Salto de Página): Allá por 1904, dos jóvenes peruanos aspirantes a escritores y admiradores de Juan Ramón Jiménez decidieron escribirle haciéndose pasar por una inocente muchachita limeña, Georgina, para así conseguir que el poeta les enviarse uno de sus libros. Lo que en un principio no debía de haber sido más que una broma se convirtió en un prolongado intercambio epistolar durante el cual Juan Ramón Jiménez fue sintiéndose más y más atraído por la inexistente muchacha, la auténtica protagonista de la novela. Bárcena se inspira en esta anécdota para imaginar con todo detalle cómo se desarrolló esta correspondencia y cómo afectó a la vida de estos jóvenes, en una novela que reflexiona sobre la literatura, la relación entre realidad y ficción, el amor y muchas cosas más. Una obra amena, original y cuyo interés sobrepasa con creces el de la anécdota histórica que le sirve de base.
. Strange Tales V (Tartarus Press): Esta antología, quinta entrega de la serie editada por Rosalie Parker, reúne exactamente lo que su título anuncia: diecisiete relatos a los que les une tan solo el que por un motivo u otro son extraños, y en su mayoría difícilmente clasificables. Historias en general de ritmo pausado, sin grandes fanfarrias, en las que abundan los protagonistas con la cordura en la cuerda floja y esclavos de una obsesión (ya sean las moscas, una joven que recuerda a una hija perdida, los juegos de luces de un apartamento, el Támesis…), que en su mayor parte consiguen provocarnos inquietud y desasosiego. La alineación del volumen se compone de una minoría de escritores que ya conocía y una mayoría de nombres desconocidos para mí. Por ejemplo, Mark Valentine, dentro del primer grupo, y Elise Forier Edie, dentro del segundo, por citar los autores de los dos relatos que más me han gustado.
. El malvado Carabel, de Wenceslao Fernández Flórez: Cuando el honrado empleado de banca Amaro Carabel se queda sin trabajo y, harto de que todo se ponga en su contra, decide dejar de ser un hombre de bien para convertirse en ladrón, descubre que lo que en teoría parece sencillo en la práctica no lo es tanto, o al menos para alguien como él, que por naturaleza no es demasiado malvado. La novela está llena de personajes y situaciones esperpénticas y, a pesar de destilar una cierta amargura, tiene momentos francamente divertidos. Las andanzas de Carabel son todo un clásico de la literatura humorística española, como demuestra el hecho de que ha sido adaptada al cine nada menos que por Edgar Neville y Fernando Fernán Gómez.
. Centuria, Cien breves novelas-río, de Giorgio Manganelli (Anagrama): Como indica su título, esta obra se compone de cien piezas, cien relatos muy breves que en ningún caso se extienden más allá de un par de páginas. Mientras que algunos están protagonizados por seres corrientes y nos cuentan historias casi anodinas, en otros se cuelan fantasmas, unicornios y situaciones fantásticas. Y aunque como es lógico no todas las piezas me hayan parecido redondas, se trata de todo un clásico muy recomendable y más ahora que estamos en pleno especial ultracortos, dado que aquí tenemos unos cuantos ejemplos excelentes de este género.
. The Asylum of Dr Calligari, de James Morrow (Tachyon): Morrow retoma el personaje protagonista del clásico mudo del expresionismo alemán, El gabinete del doctor Caligari, para narrar un nuevo episodio de su vida. En los albores de la Primera Guerra Mundial, Caligari regenta un sanatorio psiquiátrico en un pequeño país neutral centroeuropeo. Sin embargo, esto no es más que una tapadera para el que es su verdadero plan, tan maléfico como el de la película, pero a mucha mayor escala. Aunque esta novela corta tiene un claro mensaje antibelicista, la historia no es un mero instrumento a su servicio, sino que es imaginativa y amena, rebosa humor, y está protagonizada por un puñado de entrañables antihéroes de lo más peculiar. Hechos ficticios e históricos forman un perfecto entramado en las ciento y pico páginas de esta novela corta, que además le bastan al autor para reflexionar sobre la función del arte, el patriotismo, la manipulación de la población durante las guerras y unos cuantos asuntos más. Muy recomendable.
. My Lunches With Orson / Mis almuerzos con Orson Welles, edición de Peter Biskind (Picador / Anagrama): Durante los tres últimos años de su vida (1983-1985), Orson Welles acostumbraba a almorzar con frecuencia con su amigo y colaborador Henry Jaglom. Las informales charlas que mantenían durante estas reuniones fueron grabadas por este último (con el permiso de Welles), y publicadas en este libro con tan solo ligeros retoques para que resulten más concisas e inteligibles. En ellas Welles no se corta a la hora de criticar a importantes figuras de Hollywood (ni Chaplin ni Hitchcock son para tanto, Jennifer Jones y Joan Fontaine eran actrices nefastas), alabar a los profesionales que consideraba que sí se lo merecían (Joseph Cotten, Charles Laughton…), poner a parir a sus enemigos o aquellas personas que tenía atravesadas (David O. Selznick…), ofrecer curiosas teorías sobre diversos asuntos (¿sabíais que el saludo fascista nazi tiene su origen en las películas de romanos de Cecil B. DeMille?), hablar sobre política y la situación mundial… Y, muy especialmente, comentar las dificultades con las que se encuentra para conseguir financiación para los múltiples proyectos en los que está trabajando. Más cercano a Fotogramas que a Dirigido o Caimán, pero francamente ameno y curioso si os interesa el cine clásico.
Me apunto la de El cielo de Lima. Viví allí dos meses por trabajo y te puedo asegurar que el cielo de Lima es muy, muy particular.
Habrá que ir a verlo. 😉